Boca y Pluma

Las zapatillas de volar

2012-01 10
Busqué debajo de las viejas lecturas…
Entre las hojas llenas de operaciones matemáticas desordenadas por la época del aprendizaje.
Debajo del atlas donde todavía la URSS era gigante
y ríos y montañas se llamaban entre sí
con nombres impronunciables.
Miré debajo de una vieja camiseta de gimnasia mal hecha (la gimnasia).
Miré entre carpetas con separadores de colores todavía
vivos y hojas cuadriculadas con ortografía casi perfecta.

Y por fin, allí estaban.
Cubiertas de tiempo en forma de polvo.

Pero ya me quedaban pequeñas…
Mis viejas zapatillas de volar.



Escuché hipnotizado
cómo cantaba la noche.

Y el grillo se rió de mí.





No le quites a la mariposa
el polen de sus alas

o te quedarás en tierra.





El ritmo de la cigarra
hace que la hormiga

trabaje mas feliz.





Que bonito el abrazo del cordón a la zapatilla.





El peine despeina tus sueños…





…y los recogen unas manos con la ternura del pan.

Mejor la pelota que el balón.
Una bota. El otro no.





Cálzate cada mañana
las ilusiones que te trajo la noche.





No es la cama.
Es tu barco que te viaja.





Un montón de muchachas y muchachos
y en la mochila

veintiún cromosomas.





No me anduve con chiquitas.
Todavía no he crecido.





El vino le dijo a la uva: “Baja de mi cabeza”.



Alimento para mi corazón
tus “Buenos días”.





Surtidor de agua tus ojos
para encharcar las mejillas.





La semilla germina en tus manos: tus dedos.





Las nubes son los cuentos que me reíste.





Eres el movimiento alegre del rabo del perro.





Arreglemos el tejado
y que entre el sol.





Traviesa veleta
en dirección a tus susurros.
Tu sonrisa me amanece con buen pie. volver