Me miraba implacable, negros ojos de cristal
Robaría la pasión que tiene tras esa cara
Sentada como una monja esperando al cardenal
Que azote sus tiernas nalgas mientras da su bendición
Déjalo, muñeca, déjalo!!! Déjalo, muñeca, déjalo!!!
Déjalo, muñeca, déjalo!!!
Invitado a un banquete con ella no hay elección, placer lascivo
Puedo ser esclavo suyo, recoger esas migajas que pretende ocultar
Oírla sólo susurrar satisfecho con mi suerte
No quiero que me despierten
Déjalo, muñeca, déjalo!!! Déjalo, muñeca, déjalo!!!
Déjalo, muñeca, déjalo!!! Déjalo, muñeca, déjalo!!!
Bajo la sombra me escondí, bajo la sombra me desnudé
Pero bajo la sombra ya no quedaba nada
Déjalo, muñeca, déjalo!!! Déjalo, muñeca, déjalo!!!
Déjalo, muñeca, déjalo!!! Déjalo, muñeca, déjalo!!!
Déjalo!!!