Es un disco lleno de retazos de vidas prestadas, pero también de la propia. La expresión musical de una necesidad emocional que le confiere el tener de cerca un ser querido con Alzheimer. No en vano tres canciones hablan de ello. Sin miedo y sin tapujos. Ahí está el ‘No Das Pena’ que cierra el álbum con un Drogas sacando su faceta de narrador.
Pese a que no hay grandes complejidades, musicalmente y sin ataduras,
el álbum recoge ese gusto de Villarreal por las melodías más negras
como la de ‘Ya No Anochece Igual’, muy delicadas como ‘En Punto Muerto’,
el inicio de bajo blusero y la cadencia hipnótica de club de ‘Sin
Reverencias’ o la cruda y compacta ‘Sueños Rotos’. Variedad, color,
calor.
En unos meses estos temas aquí desnudos, se recubrirán con la formación
actual de Txarrena, Flako, Brigi y Txus (ya hay algún vídeo por
Youtube). No lo considero necesario, pero será curioso comprobar lo que
suele ser el proceso inverso de edición de un disco, primero el acústico
y luego el eléctrico.
Y es que aunque él tenga claro lo que quiere, el Drogas anda con la cabeza llena de proyectos que parecen a veces confrontarse. A la presentación acústica de estos temas y anteriores de Txarrena por pequeños bares y locales, se suma que en septiembre saldrá de gira cantando las canciones que le vengan en gana, de Txarrena, de La Venganza De La Abuela y de Barricada.
El Drogas se siente libre. Rock salve al Drogas.